Cambiar un deporte para siempre es para los elegidos. Para quienes pueden ver más allá y, sobre todo, se animan a intentarlo. Ese fue Dick Fosbury, quien falleció este sábado en Los Angeles a los 76 años. Su Fosbury Flop perdura en el tiempo y, desde 1968 al día de hoy, es la técnica más elegida por los saltadores en alto de todo el mundo. 

Y si bien ya atraía las miradas antes, fue en los Juegos de México 1968 que finalmente el mundo descubrió como un hombre podía cambiar a un deporte para siempre. 

Saltar de frente

Antes de que Fosbury revolucionara el salto en alto con su nueva técnica, la más utilizada era la de rodillo ventral que consistía en superar el listón de frente, mientras intentaban girar el cuerpo a medio salto por encima. Con esa técnica, Fosbury no se destacaba demasiado. Pero en 1963 comenzó a trabajar una nueva manera de hacerlo.

La Fosbury flop

La nueva técnica consistía en correr hacia el listón siguiendo una trayectoria en curva por lo que los últimos pasos eran en dirección transversal y el cuerpo se giraba para saltarlo de espaldas, superándolo con la espalda arqueada y las piernas flexionadas hasta estirarlas en el último instante. Según los especialistas, esta forma resulta más efectiva desde un punto de vista biomecánico.

Con su nuevo estilo, el atleta de 193 centímetros de alto logró el título en los campeonatos NCAA indoor de 1968 y también en los trials, logrando la clasificación olímpica como parte del equipo de Estados Unidos. 

El oro y la revolución

No era el gran candidato, pero fue superando alturas hasta que el listón llegó a 2.18 y apenas quedaban cinco atletas. Tres saltadores permanecieron a 2,20 m (Fosbury, Ed Caruthers de los Estados Unidos y Valentin Gavrilov de la URSS), y los tres alcanzaron la altura a la primera ocasión.

En 2,22 m, Gavrilov salió de la competición y no logró alcanzar la altura después de tres intentos. Con los dos restantes, el listón llegó a 2,24 metros, altura del récord Olímpico. En su tercer intento, Fosbury arqueó la espalda y volcó las piernas sobre la barra para asegurar la medalla de oro. Y cambiar la historia.

El después

Si bien para Munich 72 no logró la clasificación olímpica, su legado se notó: 28 de los 40 competidores utilizaron su estilo, la Fosbury Flop. De esa manera fue que muchos comenzaron a superar rápidamente las marcas, el listón se colocó cada vez más arriba y él no pudo seguirles el ritmo. Para Seúl 1988 ya nadie utilizaba la vieja técnica. En 1993 fue elegido miembro del Salón de la Fama Olímpica de Estados Unidos.

El adiós

"Con el corazón encogido tengo que anunciar que mi viejo amigo y cliente Dick Fosbury falleció en paz mientras dormía el domingo por la mañana tras una breve recaída de un linfoma", escribió el agente Ray Schulte en un comunicado en Instagram. "Dick será muy extrañado por amigos y aficionados de todo el mundo. Una verdadera leyenda y amigo de todos", agregó. Lo despidieron grandes atletas y las cuentas oficiales de las competencias más importantes del atletismo.