La historia de la NBA ha visto emerger a varios jugadores que se convirtieron en auténticas leyendas y cuyo talento trascendió más allá de las duelas. Dos de esos nombres son Kobe Bryant y Stephen Curry, quienes protagonizaron un emocionante y memorable encuentro que dejó marcado un momento de reconocimiento y grandeza que hasta hoy día perdura presente.

El encuentro tuvo lugar durante un partido entre Golden State Warriors y Los Angeles Lakers, donde el choque de talento entre Curry y Kobe prometía un duelo inolvidable, y así fue. Cada uno quería mostrar sus habilidades, donde Steph hizo de las suyas con su manejo del balón y disparos de larga distancia, mientras que Bryant sacó a relucir a “Black Mamba” en su máxima expresión.

En un momento del duelo, Curry recibió el balón cerca de la línea de tres puntos y, con su característica agilidad, lanzó un triple desafiando la defensa de Kobe. A pesar de los esfuerzos del veterano, el tiro encontró su destino en el aro, desatando la euforia entre los aficionados presentes.

Momento épico

Lo que sucedió a continuación fue un momento mágico que quedó grabado en la memoria de todos los presentes. Mientras Curry regresaba a la defensa, se cruzó con Kobe Bryant, quien no pudo evitar esbozar una sonrisa junto a una nalgada. Fue un gesto de admiración y respeto, un reconocimiento a la grandeza del joven jugador que había logrado anotarle a uno de los mejores en la historia de la NBA.

Luego se conoció qué pensaba Bryant de Curry, en las propias palabras de Steph: “Kobe reconoció el instinto asesino detrás de la sonrisa”. Esa frase se convirtió en una metáfora poderosa de lo que significa ser un verdadero competidor que muestra confianza en sus habilidades y mentalidad de luchar por la victoria. Kobe, un jugador que personificaba el “instinto asesino” en los tabloncillos, supo apreciar ese mismo espíritu en su joven oponente, quien actualmente figura como una auténtica leyenda consolidada.

Tristemente, el mundo perdió a Kobe Bryant en un trágico accidente en enero de 2020, dejando un vacío en la comunidad del baloncesto y en el corazón de sus seguidores. Sin embargo, su legado sigue vivo a través de momentos como este.