Es el torneo de clubes más importante del continente. Aquel que más prestigio y ambición genera. Obsesión de muchos, anhelo inalcanzable de otros, la Copa Libertadores es el botín más preciado para los equipos de toda América. A lo largo de décadas, se fue gestando esta fiebre por levantar el trofeo y quedar inmortalizado para toda la eternidad.
Es cierto que, en los últimos años, los elencos brasileros han dominado la competencia y en este 2022 no será la excepción, con Flamengo y Athletico Paranaense luchando en la gran final que tendrá lugar en Guayaquil. Pero a lo largo de su rica historia, la Libertadores ha recopilado muchísimos grandes encuentros que quedaron inmortalizados en la memoria popular, con referentes del fútbol de cada país formando parte de la lucha por el título. Por eso, antes de conocer a un nuevo campeón, te invitamos a hacer este recorrido y repasar Las 25 mejores finales en la historia de la Copa Libertadores de América.
Cruzeiro-Sporting Cristal (1997)
Por esos años se vivió el primer gran dominio de los elencos brasileños en la competencia (ganaron seis ediciones entre 1992 y 1999) y uno de los culpables fue el Cruzeiro. De cualquier manera, los de Belo Horizonte debieron luchar y bastante para quedarse con el título, sobre todo por el muy buen papel realizado por Sporting Cristal.
El elenco peruano llegaba de hacer una gran eliminatoria ante Racing de Avellaneda y mantenía expectativas pese al gigante que tenía enfrente. Pero esa histórica campaña aguantó hasta la revancha de la final, donde con un gol solitario, Cruzeiro se terminaría imponiendo por 1 a 0 para ganar la segunda Copa Libertadores de su historia.
Santos-Boca (1963)
Fueron los años del reinado del equipo que comandaba futbolísticamente O Rei Pelé. Los paulistas ya se habían consagrado campeones en la edición anterior, después de vencer en la final a Peñarol, y debían medirse contra un Boca que soñaba con convertirse en el primer elenco argentino en alzar el trofeo.
Pero las diferencias en el campo de juego fueron notorias y el Peixe terminaría ratificando su título, después de ganar ambos encuentros definitorios: 3 a 2 en la ida en el Maracaná y 2 a 1 en La Bombonera, demostrando que, con el mejor jugador del mundo en aquellos tiempos, eran largamente el equipo del momento.
Internacional-Sao Paulo (2006)
El choque entre brasileños fue emocionante en ambos partidos. El primer encuentro se lo llevaron los de Porto Alegre por 2-1 gracias a un doblete de Rafael Sobis, por lo que llegaba a su estadio con ventaja. San Pablo venía de festejar en el 2005 y quería lograr el bicampeonato.
La vuelta tuvo de todo: Inter arrancó ganando, la visita igualó y Tinga, mediocampista de los Colorados, puso el 2-1 parcial, pero el argentino Horacio Elizondo lo expulsó debido a su festejo. Con Internacional aguantando el resultado con 10 jugadores, los paulistas salieron a buscar los goles que necesitaban para empatar la serie. Lenílson, a los 85, igualó el marcador y le puso más suspenso a la definición, pero su equipo no lograría la hazaña y el título se lo llevó Inter, coronándose por primera vez en su historia.
Estudiantes-Palmeiras (1968)
El Pincha se consagraría campeón por primera vez en esta edición 1968, en la que también fue su primera participación, cuando enfrentó en la final al Palmeiras. La serie se desarrolló en tres partidos: en el primero, Estudiante ganó por 2-1 en La Plata; la vuelta fue para Palmeiras, que ganó 3-1, lo que desembocó en un tercer encuentro para desempatar, tal como era el sistema del campeonato en aquel entonces.
Ese tercer compromiso fue disputado en el estadio Centenario de Montevideo. Allí, el equipo de Osvaldo Zubeldía obtuvo el triunfo por 2-0 con goles de Felipe Ribaudo y Juan Ramón Verón, padre de la Bruja. De esta manera, el conjunto de La Plata iniciaba un camino de éxitos en la Copa Libertadores que se extendería a las ediciones 1969 y 1970, obteniendo así el tricampeonato.
Argentinos-América de Cali (1985)
En esta edición, un humilde club de barrio de Buenos Aires sorprendería a todos, al involucrarse en la pelea junto a los grandes cucos del continente. Ese gran Argentinos Juniors dirigido por José Yudica llegaría a la definición ante el América de Cali. Ganó 1-0 en la ida y perdió por el mismo resultado en la revancha disputada en Colombia.
El desempate por el título se llevó a cabo en Asunción, donde tras un empate (1-1) y un dramático tiempo suplementario, el Bicho de La Paternal se impuso por 5 a 4 en la definición por penales para coronarse como el mejor. Luego jugaría la mejor final Intercontinental de la historia ante la Juventus en Japón.
Racing-Nacional (1967)
Fue una edición desgastante, pero que terminó consagrando al mejor equipo de todos. El elenco dirigido por Juan José Pizzutti debió disputar 20 partidos, más que ningún otro equipo en la historia de la Copa, para consagrarse campeón. La final fue ante un duro Nacional, que también buscaba su primer título.
Luego de dos empates 0 a 0 en Avellaneda y Montevideo, el compromiso desempate tuvo lugar en Santiago. Allí aparecería la mejor versión de la Academia, que se impondría por 2 a 1, con los goles de Joao Cardoso y Norberto Raffo, para terminar alzándose con la que es su primera y única Libertadores.
Independiente-Sao Paulo (1974)
El Rojo de Avellaneda consiguió su quinta Copa Libertadores el 19 de octubre de aquel año, cuando derrotó al Sao Pablo en el partido desempate disputado en Chile. Independiente había perdido el primer partido 2-1, pero ganó la vuelta por 2-0 en condición de local, por lo que se tuvo que jugar un encuentro desempate.
Ricardo Pavoni fue el héroe en la definición y marcó el único tanto que coronó a Independiente por tercera vez consecutiva y lo colocaba como el máximo ganador del certamen, por encima de Peñarol y Estudiantes (ambos con tres), con cinco títulos. Al año siguiente, Independiente volvió a ganar la Copa, esta vez ante Unión Española de Chile, y llegó a seis estrellas.
Boca-Cruz Azul (2001)
Con el correr de los años, fueron varios los equipos que tuvieron la chance de conquistar una primera Copa Libertadores para México, pero el primero en disputar una final fue la Máquina Cementera, quién vendería cara la derrota en la serie decisiva ante el poderoso Boca de Carlos Bianchi.
Tras perder el partido de ida 1-0 en el Estadio Azteca con un tanto de Marcelo Chelo Delgado, Cruz Azul realizó un muy buen papel en la vuelta disputada en La Bombonera. Los Celestes se pondrían en ventaja, a través de un gol convertido por Francisco Paco Palencia, logrando la hazaña de imponerse por la mínima diferencia y llevar la definición a los tiros desde el punto penal. Pero allí, la eficacia de Riquelme, Mauricio Serna y Delgado fueron determinantes y el triunfo quedó en manos del Xeneize.
Nacional-Internacional (1980)
A pesar de ser uno de los elencos símbolos, desde el comienzo mismo de la Copa, la mejor etapa de Nacional de Montevideo en la Libertadores recién llegaría durante la década del ochenta, veinte años después de la fundación del certamen. Ese arranque furioso de década, lo tuvo en la final midiéndose con Inter de Porto Alegre.
Después de empatar en el encuentro de ida 0-0, la historia debía resolverse en el Estadio Centenario. Allí, el gran héroe terminó siendo Waldemar Victorino, autor del gol de la victoria y que terminaría sellando el segundo título de su equipo, en una carrera contra Peñarol por cantidad de trofeos, que se extendió durante muchos años.
Colo Colo-Olimpia (1991)
Uno de los mejores elencos chilenos de la historia debía batallar ante un Olimpia que ese año llegaba a su tercera final consecutiva en la Copa Libertadores. Por esos antecedentes, daba la sensación que se iba a tratar de una serie pareja y peleada, pero Colo Colo tenía otra idea en mente.
El conjunto cacique, que llegaba de eliminar a Boca en semifinales, consiguió un valioso empate 0-0 en terreno guaraní y en la revancha en el Estadio Monumental fue contundente: se impuso por 3 a 0 sin dejar dudas para celebrar a lo grande y conseguir, hasta el momento, la única Libertadores del fútbol chileno en su historia.
Internacional-Chivas (2010)
Esta final tuvo dos buenos partidos entre brasileros y mexicanos. Chivas buscaba ser el primer campeón de su país en el prestigioso certamen continental. Los Colorados habían eliminado a Estudiantes, último campeón, en Cuartos de final y a San Pablo en semis y, de la mano de D’Alessandro y Guiñazú, querían la segunda Copa de su historia.
El primer encuentro, jugado en México, fue para los brasileños por 2-1, que dieron vuelta el resultado en el complemento con goles de Giuliano y Bolívar a los 73 y 77 minutos, respectivamente. La vuelta, en el Beira-Río, también tuvo muchos goles: fue 3-2 para Internacional, que volvió a comenzar perdiendo 1-0 y al final se llevó el triunfo.
Once Caldas-Boca (2004)
Llegaba como campeón vigente y, pese a haber mostrado otro rendimiento, una vez más el Boca de Carlos Bianchi era favorito a quedarse con el título. Sobre todo, porque enfrente estaba un elenco colombiano ignoto para la afición del continente. Pero Once Caldas volvería a poner al fútbol de su país en los primeros planos.
Primero resistieron el empate 0-0 en La Bombonera y, siendo un poco más protagonistas en Manizales, sacaron la ventaja pero no la pudieron conservar y con el 1 a 1, todo se encaminó a los penales. La figura de la definición fue el portero Juan Carlos Henao, tapando todo remate posible de sus rivales y permitiendo que Once Caldas escriba su nombre entre los ganadores de América.
River-América (1996)
En lo que ya parecía una cábala, River llegaba por cuarta vez a una final de Copa Libertadores en un año terminado con el número seis. Después de haber perdido las dos primeras y haber superado al América de Cali, diez años más tarde volverían a verse las caras los dos rivales. Por su parte, los colombianos llegaban a su cuarta serie definitoria, después de haber perdido todas las anteriores.
Ese equipo, que conducía Ramón Díaz, estaba preparado para hacer historia. Inclusive después de haber perdido la ida por 1 a 0 en Colombia. Pero, en el Estadio Monumental, con Enzo Francescoli como bandera y los goles de Hernán Crespo, se impondría por 2 a 0, remontando el resultado y conquistando el trofeo por segunda vez para la entidad Millonaria.
Olimpia-Sao Caetano (2002)
Cuando había otros equipos dominantes en carpeta, la final mostró a dos rivales que daban la sorpresa. La historia y el poderío continental de Olimpia se medirían ante el llamativo Sao Caetano brasilero. El elenco paraguayo fue tomando protagonismo a medida que fue transcurriendo en el certamen, principalmente tras eliminar al bicampeón vigente, Boca.
Y en la definición, sacó todo su coraje a la luz. Los dirigidos por Nery Pumpido perdieron la ida como locales, pero no se entregaron y en la vuelta, empardarían la serie al imponerse por 2 a 1 (después de estar en desventaja) y llevar todo a los penales. En la definición, Olimpia fue más eficaz, se impuso por 4-2 para quedarse con el tercer trofeo para sus vitrinas.
Peñarol-River (1966)
Por ese entonces, el campeón se definía por resultados obtenidos en los dos partidos: para consagrarse, un equipo debía, mínimo, ganar un partido y empatar el otro, sino todo llevaría a un tercer partido desempate. Y eso fue lo que pasó ese año. Peñarol se impuso 2-0 en el primer partido y River ganó 3-2 el segundo cotejo.
El desempate se disputó en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, partido en el que los Millonarios comenzaron ganando por 2 a 0, pero que tras una gran remontada finalizó 4-2 a favor del equipo uruguayo, en tiempo suplementario tras el 2-2 en los 90 minutos. De esta manera, Peñarol concretaba la hazaña y levantaba su tercera Copa Libertadores, mientras los argentinos penaban en su primera definición.
Atlético Mineiro-Olimpia (2013)
Luego del 2-0 a favor de los paraguayos en el partido de ida, todo se definía en Brasil, donde Atlético Mineiro se encontraba invicto en esa edición de Copa Libertadores. Si bien el primer tiempo terminó 0-0, las emociones llegaron en el complemento.
Apenas comenzado el segundo tiempo, Jo le daba esperanzas al Galo de revertir el resultado y, finalmente, Leonardo Silva, con un gol agónico a los 86 minutos, dejaba la serie igualada 2-2. En el tiempo extra no se sacaron diferencias y todo se definió en la tanda de penales, que dio como ganador al equipo de Belo Horizonte por 4-3. Ronaldinho, el 10 del equipo brasileño, gracias a este título, se unió al selecto grupo de jugadores que ganaron un Mundial, la Libertadores y la Champions League.
Flamengo-River (2019)
Por primera vez en la historia, la final se definía a un solo partido. Entonces, hasta Lima debieron trasladarse dos gigantes del continente para tratar de quedarse con el título. River llegaba como campeón reinante, tras superar a su rival histórico en la definición de la temporada anterior. Pero un Flamengo repleto de figuras quería ver reverdecer sus laureles.
Aunque el Millonario sacó la ventaja con Rafael Borré y la mantuvo hasta segundos antes del cierre, errores defensivos y la eficacia goleadora permitieron que Gabriel Barbosa igualara en la hora y les diera el triunfo a los cariocas cuando ya se jugaba el tiempo adicionado. Con ese 2 a 1 en el tanteador, los de Río de Janeiro volvían a levantar la copa, 38 años después de la vez anterior.
Vélez-Sao Paulo (1994)
Los caminos de Vélez y Carlos Bianchi se juntaron para comenzar a hacer historia en el torneo más importante del continente. Para el elenco argentino, se trató de la etapa más gloriosa de su historia futbolística, y ese año alcanzaría el que por el momento es la única Libertadores de sus vitrinas.
En la final, enfrente tuvo al poderoso Sao Paulo que llegaba para defender el bicampeonato en los años anteriores y, cada uno a su estilo, consiguieron sacarse las mínimas diferencias para imponerse por idénticos 1-0 en Argentina primero y en Brasil después, para extender la definición a los penales. Con la enorme figura de José Luis Chilavert, los de Liniers sacarían pecho y se quedarían con el festejo grande.
Fluminense-Boca (2023)
El Estadio Maracaná de Río de Janeiro fue testigo de cómo se escribió una nueva página en la historia del futbol continental: Fluminense se convirtió en campeón por primera vez de la Copa Libertadores, venciendo 2-1 a Boca, uno de los máximos ganadores del torneo más importante de América Latina, que de esta manera vio frustrado el sueño de conseguir su séptima estrella.
Un juego parejo y dramático, en el que terminó prevaleciendo las mejores luces del elenco carioca, sobre un Xeneize que llegó a esta instancia haciendo gala de su capacidad individual y el gran papel de su arquero Sergio Romero en los penales. Después de los goles de Germán Cano -la figura del certamen- y Luís Advíncula, el juego se resolvió en el alargue, después de un tremendo zapatazo de Kennedy.
Estudiantes-Cruzeiro (2009)
El Pincha volvió a gritar campeón en Copa Libertadores después de 39 años luego de derrotar a Cruzeiro en la final de aquel año. El 0-0 en La Plata hacía que el equipo brasileño llegue como favorito a la definición, pero los dirigidos por Alejandro Sabella terminarían haciendo un gran partido en el Estadio Mineirao.
A pesar de arrancar perdiendo 1-0, lograron ganar el encuentro por 2-1 con goles de Gastón Fernández y Mauro Boselli, dejando a la vista una vez más la tradicional épica con la que convive en su historia el equipo de La Plata. Esta fue la cuarta copa obtenida por Estudiantes, que después viajó al Mundial de Clubes y perdió por la mínima y en tiempo extra ante el Barcelona de Leo Messi y Pep Guardiola.
Sao Paulo-Newell’s (1992)
A partir de esta edición sería el resurgir de los equipos brasileños en la competencia. Y el gran responsable fue un verdadero equipazo como el Sao Paulo de Telé Santana. El elenco paulista llegó a la final, en la que se mediría con otro gran adversario: el Newell’s de Marcelo Bielsa.
Los rosarinos se impusieron 1-0 como locales, mientras que los brasileros lo harían por idéntico marcador en un partido dramático en el Estadio Morumbí, con Raí y Zetti como estandartes. Entonces, una vez más los penales saldrían a escena para definir el título. Allí Sao Paulo fue más certero y se quedó con el primer título de su historia. Meses más tarde corroborarían este nivel, al ganarle al Barcelona de Johan Cruyff.
Boca-Palmeiras (2000)
Una verdadera batalla entre los equipos de Carlos Bianchi y Luiz Felipe Scolari para determinar al campeón de esa edición. La ida se jugó en La Bombonera, terminó 2-2 (dos goles del Vasco Arruabarrena para el elenco argentino) y no se sacaron diferencias, por lo que todo se iba a definir en el Morumbí.
Palmeiras era el favorito porque venía de salir campeón en la edición 1999 y estaba invicto en condición de local, pero el Xeneize terminó llevándose la gloria en la tanda de penales luego del 0-0 en los 90 minutos. De esta manera, Boca Juniors lograba levantar el mítico trofeo luego de 22 años y también lo haría en 2001. Posterior a este título obtenido en Brasil, Boca también logró otro hito y derrotó a Real Madrid en la Copa Intercontinental de ese mismo año.
Independiente-Gremio (1984)
El elenco de Avellaneda volvería a demostrar su poderío a nivel continental. Con un equipo repleto de buenos futbolistas y que marcó tendencia durante esos años, saldría a jugar con convicción en la final de ida en Porto Alegre y, con gol de Jorge Burruchaga, se terminaría imponiendo por 1-0 ante un Gremio que buscaba ratificar el título conseguido durante la temporada anterior.
Solo faltaba confirmarlo en su viejo estadio de la Doble Visera, donde después de empatar 0 a 0, se aseguraría su séptimo campeonato, cifra que todavía al día de hoy no pudo ser igualada, por lo que es el más ganador de la competencia, permitiéndole conservar a Independiente el mote de Rey de Copas.
Liga de Quito-Fluminense (2008)
Esta final entre brasileños y ecuatorianos fue una de las más cambiantes y emocionantes de todos los tiempos. En la ida, los ecuatorianos, que eran dirigidos por Edgardo Bauza, se impusieron por 4-2 y fueron con una buena diferencia a la revancha en Brasil.
Más tranquilo estaba el Patón cuando su equipo se puso 1-0 en el mítico Maracaná, gracias al gol de Luis Bolaños, que aumentaba el global 5-2 a su favor. Sin embargo, el equipo local no se entregó y de la mano de Thiago Neves, que convirtió un hat-trick, dio vuelta el resultado e igualó la serie. El empate se mantuvo durante el tiempo extra y todo se definió desde los 12 pasos, donde Los Albos dieron el batacazo, ganaron 3-1 con los tantos de Urrutia, Franklin Salas y Guerrón, consagrándose como el primer equipo ecuatoriano campeón de América.
Atlético Nacional-Olimpia (1989)
Era la primera aparición del conjunto colombiano en una serie por el campeonato y el panorama se oscureció cuando perdió el cotejo de ida 2-0 con goles de Rafael Bobadilla y Vidal Sanabria. De manera épica, los de Medellín consiguieron igualar el marcador global 2-2 en el enfrentamiento de vuelta, a partir de un gol en contra de Fidel Miño y otro de Albeiro Usuriaga, de manera que se tuvo que alargar a tiempos extra y tanda de penales.
Ese instante, quedará grabado como uno de los más dramáticos, insólitos e inesperados en una definición de la Copa Libertadores. Se terminaron ejecutando ¡18 disparos! y, después de desperdiciar varias oportunidades y con René Higuita como héroe, Atlético Nacional se impuso 5 a 4 y se coronó.
River-Boca (2018)
El histórico encuentro entre los dos equipos más importantes de Argentina se jugó bajo un gran manto de conflicto. El primer partido, que tendría a La Bombonera como escenario, no pudo disputarse en la fecha estipulada debido a las lluvias que azotaron el terreno de juego, por lo que se pasó para el día siguiente, cuando empataron 2-2. La vuelta fue aún más angustiante. El micro en el que iba el plantel de Boca fue atacado con piedras en las inmediaciones del estadio y se resolvió su suspensión.
Tras una larga espera y varias idas y vueltas, la Conmebol programarlo en un escenario más que particular: Boca y River definirían al campeón en Madrid. En el estadio Santiago Bernabéu, el día 9 de diciembre, los dirigidos por Marcelo Gallardo se impusieron por 3-1 en el tiempo suplementario y así conseguía su segunda copa en tres años.
