La máquina de matar nazi en los campos de concenración fue uno de los procesos más oscuros en toda la historia. En esos nefastos lugares se sucedieron hechos que ni la mente más macabra se imaginaría. Hacia junio de 1941, las fuerzas alemanas comenzaron a invadir la Unión Soviética mediante la Operación Barbarroja.

Los nazis tenían tres objetivos. Para cumplirlos, dividieron a su ejército en tres partes. Una de ellas iría hacia el norte a tomar Leningrado, una por el medio a Moscú y la última de ellas, hacia el sur, específicamente a Ucrania y los yacimientos petrolíferos del Cáucaso. Una vez comenzada la invasión, solo en cuestión de meses tomaron Bielorrusia y Ucrania, donde muchas veces fueron recibidos como libertadores.

Bajo este marco, se dio uno de los partidos más crueles en la historia del deporte. No por las patadas o por hechos relacionados a la deportividad de sus participantes. Sino por lo sucedido una vez finalizado el encuentro.

El F.C. Start de Ucrania, que se vio reforzado por jugadores del Dinamo de Kiev y del Lokomotiv, se midió contra un conjunto de soldados de la Alemania nazi. El resultado final fue un 5 a 3 a favor de los ucranianos.

Pero luego de la alegría por el resultado, llegó la tragedia. Existe un mito soviético que cuenta que a varios jugadores los fusilaron luego del partido a modo de vendetta por el resultado y por negarse a hacer el saludo fascista en la previa.

La Alemania nazi y un partido cruel

La Alemania nazi y un partido cruel

Esa teoría es válida en parte. Porque ese mismo día el jugador Nikolai Korotkykh falleció torturado. Mientras tanto, los jugadores Kuzmenko, Klimenko, Keehl y Trusevich fueron asesinados cruelmente en los campos de concentración tiempo más tarde. Pero ellos no fueron ingresados en los campos de la muerte por el partido, sino porque se sospechaba que eran miembros de la NKVD (algo así como una policía secreta de Stalin).

Con esto, queda descartada la teoría de la vendetta por el partido. Además, hubo un sobreviviente de ese encuentro: Vladlen Putistin. Él fue alcanzapelotas y su papá jugó el partido. “No hubo patadas, nadie dijo a los jugadores que tenían que perder; hubo momentos muy tensos, pero sólo porque el partido fue intenso, con una gran remontada”, reconoció en un documental años más tarde.

También, en el mismo documental hizo mención al momento en el que la gestapo se llevaba a los ucranianos a los interrogatorios: "El 18 de agosto llegó la Gestapo y fue pronunciando uno a uno los nombres de los jugadores: 'Tal y tal, salgan'. Se los llevó a todos para interrogarlos. Querían saber si había miembros del Partido Comunista”.

Actualmente, el partido es recordado en el imaginario popular. La historia recién se dio a conocer en 1958, en un períodico que lo recordaba como “el último duelo”, jugado el 9 de agosto de 1942. Luego, dos periodistas publicaron un libro con el mismo título y la historia comenzó a ser conocida por más gente. También, en el año 2012, salió en Rusia la película “Match”, en conmemoración a aquel duelo.